Bayas de goji, semillas como la chía, la quinoa o el freekeh, aguacates, plátanos, chlorella… Si te preguntamos qué son estos productos, seguro que una de las primeras palabras que se te vienen a la cabeza es “súper alimentos” (otra puede ser instagram, porque son los reyes de esta red social, pero puesto que hoy no vamos a hablar de su fotogenia, dejamos esto a un lado). Se han puesto tan de moda que prácticamente todo el mundo los conoce y sus propiedades beneficiosas para el organismo se consignan en numerosos estudios científicos y artículos pero ¿son “súper” de verdad? ¿Son tan beneficiosos como nos cuentan? Hoy en Buenmercadoacasa hemos querido contar con la opinión de una experta, Jara Pacheco, nutricionista, para que eche un poco de luz sobre los “súper alimentos”.
“Lo primero que hay que hacer es no volverse loco y tomarse las noticias de las propiedades de los alimentos con la cautela y sensatez necesarias” nos cuenta. Esto es así porque, en su opinión, la ciencia de la nutrición “tiene todavía mucho que avanzar y revelar y porque, como todas las ciencias, trabaja basándose en estudios que pueden ser modificados y refutados o confirmados por otros estudios”. Lo que esto quiere decir, explica Pacheco, es que “lo que hoy se considera muy beneficioso para la salud merced a los descubrimientos actuales, mañana puede considerarse algo sin efecto si así lo revelan otros estudios, por lo que a la hora de llenar nuestro plato debemos tener en cuenta la información que tenemos pero también el sentido común”.
A la hora de determinar la efectividad de un “súper alimento” en cuanto a cuidado del cuerpo y mejora de sus funciones, lo primero que debemos saber es su definición, para tener una idea de cuáles pueden ser candidatos a esta categoría y cuáles no. “En realidad – explica Jara Pacheco – no existe todavía una verdadera definición de súper alimento con la que todos estén de acuerdo. Solemos considerar así a los alimentos que tienen propiedades nutricionales superiores a otros, nada más”. De este modo, las frutas y las verduras, por ejemplo, podrían entrar en la categoría al ser su aporte de nutrientes esenciales mayor que el de otros alimentos.
Según el Diccionario Merriam-Webster, se puede llamar “súper alimento” a aquel rico en “nutrientes, fibra, minerales y antioxidantes”, entre otros elementos. Por su parte, The Oxford English Dictionary añade a la definición que el alimento se considere “especialmente beneficioso para la salud y el bienestar”. Bajo el paraguas de esta definición, la lista es larga: arándanos, acai, remolacha, plátano, aguacate, granada, chía, quinoa, freekeh, pipas de calabaza, pipas de girasol, cáñamo, aceite de oliva, ajo… Y aumenta cada poco tiempo.
Las propiedades nutricionales beneficiosas de estos alimentos se han demostrado mediante estudios científicos rigurosos, comprobados y avalados pero ¿tienen en nuestra salud los efectos tan beneficiosos que preconizan las investigaciones? Pacheco opina que hay que tomar este punto con cautela, por tres razones: “La primera es que, generalmente, los estudios se llevan a cabo en laboratorio y en este medio los alimentos se presentan de una forma que no se parece a cómo los consumimos habitualmente”. Esto es: muchos de los estudios se realizan con el alimento en crudo, por lo que las propiedades podrían no ser las mismas si lo cocinamos.
La segunda razón tiene que ver con la concentración de nutrientes necesaria para que un “súper alimento” llegue a serlo también en la práctica en el organismo: “A veces, la concentración de nutrientes que se usa en los estudios para obtener los resultados beneficiosos es muy alta y el ser humano, con una dieta común, no tendría fácil alcanzarla, por lo que los beneficios podrían atenuarse o no aparecer” comenta Pacheco. Finalmente y en cuanto a la tercera razón, no es otra que tener en cuenta que “la experimentación en cuestiones nutricionales se realiza en la mayoría de los casos primero en animales, por lo que habría que esperar a ver si esos resultados positivos se reproducen en el ser humano”.
Entonces… ¿qué podemos hacer para mejorar nuestra vida a través de la nutrición? ¿No podemos fiarnos de los “súper alimentos”? “Sí podemos” afirma Pacheco, “siempre teniendo en cuenta que un sólo alimento o un conjunto de ellos no hacen milagros. Pero podemos estar seguros de que una buena alimentación mejora nuestra vida, como afirma la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria”. Si lo que queremos es cuidarnos, la nutricionista propone “mantener la cabeza en su sitio y seguir una dieta equilibrada y variada, asentada en la tradición de la dieta mediterránea”. Y es que “muchos de los alimentos que consumimos habitualmente en ella, tales como el aceite de oliva, los ajos o las verduras de hoja verde como el brócoli, poseen en su composición una combinación de nutrientes esenciales que resulta especialmente adecuada para mantenernos alimentados correctamente y que el cuerpo desarrolle sus funciones de manera más eficiente”.
Para Pacheco, no se trata de limitar nuestra dieta al consumo de los llamados “súper alimentos”, sino “ir adaptándola a nuestras necesidades nutricionales del día a día, a los diferentes estados por los que vamos pasando a lo largo de nuestra vida y también a la edad y al estilo de vida que llevamos”. Dentro de esta planificación, “por supuesto que es buena idea incluir también estos alimentos que tanto se han puesto de moda ahora, como el aguacate, los arándanos o la remolacha, ya que todo lo que contribuya a hacer nuestra dieta variada es bueno, pero sin olvidarnos del resto de alimentos que, aunque no sean “súper”, también nos aportan nutrientes necesarios”.
Si necesitas más pistas sobre por dónde debe ir tu alimentación para que sea súper de verdad, Pacheco lo tiene claro: “Si es rica en fruta y verdura fresca, pescado, cereales y baja en grasas (aunque tomando la cantidad necesaria), lo estarás haciendo bien”.
Y tú ¿cómo ves el auge de los “súper alimentos”? ¿Sueles incluirlos en tu dieta? ¿De qué tipo son los que consumes? ¿Qué alimentos considerados como “súper” hoy en día y de consumo habitual desde hace años tenías ya implantados en tu dieta? ¡Cuéntanos!
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