TRUCOS PARA UN DÍA DE PLAYA CON NIÑOS
Que a los más pequeños de la casa les encanta la playa tanto como a los adultos es una obviedad. Sin embargo, a veces ir a la playa con niños es de todo menos una experiencia placentera. Es preciso estar pendientes de que se hidraten, de que no se quemen, de que se queden en una una zona segura de la orilla, de que coman bien… Hoy te damos truquillos para que pases un día de playa con niños perfecto… O casi.
UNO: Delimita el espacio que ocupáis en la playa y segmenta zonas
Una para el juego, otra para la comida, otra para aquellas cosas que los niños no deben tocar. Procura que la zona de juegos esté a la sombra, así como la de la comida (para que se mantenga mejor y no se estropee nada). De este modo, ganarás en organización y será más sencillo tenerlo todo controlado.
DOS: Lleva juegos que no se puedan estropear con la arena y el agua
Opta por actividades como juegos de construcción, juegos de mesa clásicos como el parchís (que ya existe en versión para la playa), así como juegos más físicos como palas o pelota, pero siempre teniendo en cuenta que es imprescindible respetar el espacio y el descanso de los demás.
TRES: Planifica las comidas
Ir a la playa cada día no significa que cada día tengáis que comer lo mismo, aunque el tipo de comida sí se parezca. En nuestra sección de Recetas puedes encontrar numerosas ideas de ensaladas, sandwiches, wraps y similares para llevar a la playa y no repetir, a menos que quieras.
CUATRO: Recuerda mantener una dieta variada y equilibrada
De este modo, favorecerás la nutrición de los más pequeños. Si te decides a darles a probar alimentos nuevos en la playa, es más probable que asocien los nuevos sabores a una experiencia positiva, por lo que es un buen momento para ofrecerles fruta y verdura en abundancia.
CINCO: Prepara los alimentos en porciones pequeñas
La manera más sencilla de que a los niños les resulte fácil comer es preparar la comida en porciones manejables para ellos, de modo que cuanto más pequeñas sean, mejor. Además, si las envuelves de manera individual, evitarás que toda la comida se caiga o se llene de arena. Como mucho, perderás un par de porciones.
SEIS: Protege la comida del sol
Si no tienes suficiente espacio debajo de la sombrilla, haz sombra con las tumbonas, por ejemplo. El truco es que la nevera siempre esté en una zona en sombra o, al menos, en la que el sol no incida directamente. Otra opción es taparla con una toalla mojada.
SIETE: Congela alimentos (además de llevar hielo)
¿Necesitas espacio y no puedes llevar tantas bolsas de hielo como te gustaría? Congela la comida. Puedes hacerlo con botellas de agua y zumos o bebidas sin gas, con smoothies de fruta o con palitos y dados de yogur, por ejemplo. Se mantendrá fresca toda la comida y tendrás muchos bocados frescos para combatir el calor y fáciles de comer.
OCHO: Aprende a distribuir bien el espacio… dentro de la nevera
De este modo aumentarás el disponible y optimizarás el frío, de modo que toda la comida se mantenga fresca y en perfectas condiciones. Algunos trucos son apilar las botellas en el fondo y colocar los postres congelados en la parte superior, de modo que crees dos paredes de frío para mantener la temperatura.
NUEVE: Avisa a los niños con antelación de cualquier actividad
Para que te dé tiempo a cumplir con los horarios que te has marcado (más o menos, tampoco tiene por qué ser estricto, que estamos de vacaciones), llama a los niños con al menos media hora de antelación. De este modo, mientras llegan, se limpian de arena y se acomodan, te dará tiempo a disponer la comida y no tendréis que esperar y sufrir que se caliente. Lo mismo pasa a la hora de marcharse. Si se lo avisas con antelación, podréis recoger sin prisas y será una partida más ordenada y relajada.
DIEZ: Llévate un cepillo para librarte de la arena
Déjalo en el coche y pásalo por todo lo que haya tocado la arena (tú y los peques incluidos) antes de subir al coche o a casa, si vais caminando. De este modo, minimizarás la cantidad de arena que te llevas de recuerdo y será más sencillo limpiar todo después.
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Y tú… ¿Cómo preparas los días de playa con los más pequeños? Cuéntanos.
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