TRUCOS PARA COMER SANO EN VERANO

Lo sabemos: llega el verano, llegan las tentaciones. Que si unas cañas o un vinito antes de comer, una barbacoa en casa o en casa de un amigo, la fiesta de cumpleaños del compañero de trabajo, alguien que trae unas pizzas por si hay que quedarse a trabajar hasta tarde, las terrazas después de trabajar… El verano pone a prueba nuestros hábitos de alimentación, por eso, hoy te traemos once trucos para comer sano en verano (y disfrutar igualmente de todo lo bueno que te ofrece)

Como siempre, la clave está en aprender a dosificar y en compensar los excesos o hábitos menos sanos que podamos cometer por un lado, con una alimentación más saludable los días en que no tengamos plan y un poco de ejercicio habitual. Piensa en el verano como un periodo navideño, pero más largo. Aplica algunas de las soluciones para no pasarnos que aprendimos en las fiestas, suma los consejos que te damos hoy… y ya lo tienes.

Vamos allá.

  • Aunque salgas a comer fuera o prepares barbacoas en casa o comidas y cenas con amigos más habitualmente que en los meses de invierno, procura respetar la ingesta de calorías recomendada para tu actividad física. Se puede disfrutar, sin pasarte todos los días.

  • No descuides la variedad. Procura comer equilibrado también durante el verano y muy especialmente en vacaciones, de modo que tu cuerpo reciba todos los nutrientes que necesita. Y si hay niños en casa, es muy importante que su dieta también sea variada y equilibrada en verano.

  • Carbohidratos sí, pero sin abusar: patatas, pan, arroz, pasta y cereales son necesarios en tu alimentación en verano, pero recuerda que la cantidad recomendada está en un tercio de la ingesta total de alimentos. Siempre que puedas, elige variedades integrales: además de ser saciantes, ayudarán a regular tu tránsito intestinal, que suele verse afectado por los cambios de hábitos del verano.

  • Vigila las grasas que usas a la hora de cocinar. En verano nos descuidamos más en casa con aperitivos, salsas y otros alimentos muy calóricos. Procura controlar los consumos y elige siempre que sea posible snacks saludables y salsas bajas en calorías y hechas en casa.

  • Come muchas frutas y verduras. El verano es la época más propicia del año para ambos tipos de alimentos, así que no tienes excusa para no convertirlos en protagonistas de tu dieta. Recuerda lo de las cinco piezas y empieza desde por la mañana, con smoothies o boles naturales y llenos de vitaminas, salud… y sabor.

  • No te olvides del pescado. El pescado es fuente de proteínas y contiene muchas vitaminas y minerales. Trata de comer al menos dos porciones de pescado a la semana, incluida al menos una porción de pescado azul. El pescado azul contiene grasas omega-3, que pueden ayudar a prevenir enfermedades cardíacas. Y además… a la brasa está delicioso también.

  • Reduce el consumo de grasas saturadas (presentes, por ejemplo, en quesos curados, tartas, galletas, salchichas, mantequilla y manteca de cerdo, pasteles…). Se puede salir a merendar sin optar por lo más calórico del establecimiento. Los granizados, las horchatas y los zumos recién exprimidos son mejores opciones.

  • No te pases tampoco con el azúcar, presente especialmente en los refrescos (y vigila el consumo de los más pequeños de la casa). El consumo habitual de alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar aumenta el riesgo de obesidad y caries. Además, las comidas y bebidas azucaradas, incluidas las bebidas alcohólicas, a menudo tienen un alto contenido de energía y, si se consumen con demasiada frecuencia, pueden contribuir al aumento de peso. También pueden causar caries en los dientes, especialmente si se toman entre comidas.

  • Mantén a raya el consumo de sal y no pidas el salero si sales a comer fuera. Comer demasiada sal puede hacer que suba tu presión arterial. Las personas con presión arterial alta tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad cardíaca o sufrir un derrame cerebral. Cuando vayas a pedir el salero en el restaurante o te vayas a levantar a por él a la cocina, recuerda que alrededor de tres cuartas partes de la sal que comemos ya está presente en los alimentos que compramos, como los cereales para el desayuno, las sopas, los panes y las salsas.

  • El verano es para moverse. ¿Quieres disfrutar de cañas todos los días y variar tu dieta sin que tu cuerpo lo sufra? Muévete. Haz ejercicio físico, quema las calorías de más que comas y tu cuerpo, además de asimilar mejor los alimentos, te agradecerá un aumento (o mantenimiento) de la actividad. Estar físicamente activo puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2.

  • Y no te saltes comidas. En ningún momento del año, pero en verano con más motivo. Sobre todo, no te saltes el desayuno. El desayuno tiene efectos positivos en el rendimiento mental de los niños y aumenta su concentración durante toda la mañana. Un desayuno saludable es una parte importante de una dieta equilibrada y proporciona algunas de las vitaminas y minerales que necesitamos para una buena salud… y para mantener la energía durante todo el día.

Vayas donde vayas de vacaciones, este verano elige alimentarte bien con las frutas de temporada en julio, con verduras también de temporada, con carnes de primera calidad, elaborados para que no tengas que pasar más tiempo del necesario en la cocina y todo con la comodidad de siempre: la que te damos en BMAC llevándote la compra a domicilio. Este verano, vayas donde vayas, Buenmercadoacasa te acompaña.

Y tú ¿cómo te cuidas en verano? ¿Eres de los que se dejan llevar o de los que controlan los excesos? ¿Cómo lo consigues? Cuéntanos.

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