Desde una sencilla crema de calabaza hasta una ensalada de lo más otoñal, hay que ver lo bien que se come desde que empiezan a caer las hojas… y lo que apetece. En Buenmercadoacasa echábamos de menos las sopas, los guisos, las cremas, las ensaladas templadas, los purés, las comidas que terminan con un té calentito… el otoño, vaya.
Si tú también eres de los que echaban mucho de menos los platos de cuchara y ya te estás aprovisionando de productos de temporada para darle vida y color a tus platos, te va a encantar este post. Hoy te traemos cuatro recetas otoñales para ir abriendo boca y disfrutar del otoño en la mesa. Vamos con ellas.
Calabaza asada: la receta otoñal más sencilla que podemos hacer con calabaza es asarla. Para que nos quede tierna y deliciosa, lo único que tenemos que hacer es partir nuestra calabaza en dos mitades (o en rodajas gruesas) y ponerla al horno hasta que la carne esté blanda. Luego sírvela tal cual si la quieres tomar como postre o ponle sal si quieres que sea menos dulce y sirva como acompañamiento a algún plato de carne. También puedes esponjarla con aceite de oliva, sal y pimienta durante el horneado. Para eso, hornea primero unos 20 minutos si nada, saca del horno y adereza al gusto y vuelve a poner la calabaza otros 30 o 40 minutos.
Sopa de calabaza: de consistencia más espesa que las dos anteriores y textura de puré, la sopa de calabaza es un clásico del otoño y un plato realmente rico y sencillo. Sólo necesitas una calabaza grande, caldo (si es de verduras mejor), azúcar, sal y pimienta. Corta la calabaza en dados grandes y cuécela a fuego lento en una olla (tapada) con vaso y medio de caldo de verduras, hasta que esté bien tierna. Agrega en ese momento otros dos vasos y medio de caldo, azúcar, sal y pimienta al gusto y tritura. Cuece cinco o diez minutos más (hasta que rompa a hervir) y sirve adornando con una cucharada de yogur griego y pan del día con aceite de oliva.
Potaje de otoño: para este delicioso potaje con el que entrar en calor vas a necesitar un par de puñados de garbanzos (mejor si los cueces y reservas antes), cebolla, una cabeza de ajo, calabaza, judías verdes, tres patatas, apio, calabacín, pimiento rojo, pan, aceite de oliva virgen extra, sal, pimienta y pimentón. En una olla, echa los garbanzos previamente cocidos, junto con la cebolla y el ajo picados muy finos. Lava y trocea las verduras y ve añadiéndolas a la olla de los garbanzos. Sala al gusto y cuece a fuego lento. Mientras tanto, dora en una sartén dos rebanadas de pan junto con tres dientes de ajo. Escurre el aceite y reserva. Añade dos cucharadas de pimentón al aceite de freír el pan, remueve bien y añade la mezcla al caldo de garbanzos. Luego, machaca los ajos con el pan frito hasta formar una pasta y agrégalo también al potaje. Salpimenta al gusto, deja cocer un poco más y sirve caliente. Si quieres darle un poco más de consistencia, añade a cada plato un huevo cocido.
Sopa de huevo: esta sopa, muy nutritiva, la preparaban las abuelas cuando éramos pequeños y estábamos enfermos, para que recuperásemos las fuerzas. Vas a necesitar un litro de caldo de ave o de verduras, dos huevos, cebolletas verdes picadas y un poco de pimienta blanca. Cuece el caldo hasta que rompa a hervir. Añade en ese momento las cebolletas bien picadas y la pimienta y cuece hasta que la cebolleta esté hecha. Apaga el fuego y deja reposar con la tapa puesta. En un bol, bate los huevos y agrégalos sin dejar de mover el caldo caliente. Ya tienes una de las mejores sopas que existen.
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Y tú ¿qué recetas de otoño estabas deseando rescatar para tus platos? Cuéntanos.
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