Unos los aman, otros los odian. Para unos forman parte del placer diario que es comer y sirven para sacarles de más de un apuro en la cocina cuando no tienen mucho tiempo o hay que preparar aperitivos improvisados para mucha gente. Para otros, son poco menos que motivo de salir corriendo de una mesa.

Los embutidos son uno de los alimentos más controvertidos en cuestiones nutricionales y que casi siempre está en el ojo del huracán. Para poner un poco de orden en las informaciones contradictorias que hay al respecto de su consumo y calidad, la nutricionista y dietista Vanessa Ortiz nos da unas cuantas claves (y puedes encontrar más en Vida Saludable):

 

Están hechos de las peores piezas de carne – FALSO: éste es un mito derivado de los primeros tiempos de la fabricación industrial de embutidos que se ha mantenido a lo largo de los años pero que resulta muy injusto para la mayor parte de embutidos que se comercializan en el mercado. Obviamente existen diversas calidades que vienen determinadas tanto por la calidad de la carne usada en la fabricación de los mismos como por los mismos procesos de fabricación pero, en general, los embutidos de calidad han sido elaborados con buenas piezas. Sobre todo, los artesanales.

 

Son fuente de proteínas – VERDADERO: los embutidos son una excelente fuente de proteínas, aunque a la hora de tomarlos es preferible escoger aquellos que presenten mayor cantidad de proteínas de buena calidad, combinada con unos bajos niveles en grasas (cuanto más bajos mejor). En este sentido, los embutidos ibéricos son más beneficiosos.

 

Son cancerígenos – FALSO: éste es uno de los rumores que con más fuerza corren entre los detractores de los embutidos, pero es totalmente falso. El rumor nace de la presencia en algunos tipos de embutidos de unas sustancias llamadas nitritos y nitratos (se encuentran en los conservantes de algunos embutidos). Estas sustancias por sí mismas NO son cancerígenas. Su forma potencialmente cancerígena es la nitrosamina, que puede formarse a partir de nitritos y nitratos, pero evitarlo es tan sencillo como acompañar los embutidos con alimentos ricos en vitamina C y ácido ascórbico.

 

No son saludables – FALSO: lo que no es saludable es el estilo de vida que se lleve o consumir cantidades de embutidos excesivas dentro de una dieta que tampoco sea variada ni equilibrada. Es decir: si nos alimentamos sólo de embutidos, estaremos llevando una dieta que deja mucho que desear en cuanto a la salud. Pero los embutidos, por sí solos, no son perjudiciales. Al contrario, contienen nutrientes esenciales que son necesarios para el organismo. Tómalos con moderación, mantén una dieta equilibrada, y no habrá ningún problema.

 

Contienen demasiada sal – FALSO: sólo contienen demasiada sal aquellos que no son bajos en sal, pero, como ya hemos dicho más arriba, existen multitud de presentaciones de embutidos en el mercado y muchos ya se fabrican con bajos niveles de sal teniendo en cuenta a las personas que no desean o no pueden tomar demasiada. Busca los que más se adapten a tus necesidades, si quieres consumirlos sin problema.

 

Sus nutrientes son necesarios para el organismo – VERDADERO: además de ser altamente proteicos, los embutidos contienen minerales y otros nutrientes esenciales para las funciones del organismo. Lo ideal es tomarlos una o dos veces por semana (como mucho) y no abusar de las cantidades que tomamos, así como elegirlos bajos en grasas y sal. De este modo, se pueden tomar sin problema.

 

Son fuente de vitaminas – VERDADERO: los embutidos contienen, entre otras, vitaminas B6 y B12. La B6 se relaciona con mejoras en los cuadros de estrés, depresión, menopausia, síndrome premenstrual, fatiga crónica o enfermedades cardiovasculares, mientras que la B12

 

Puede tomarlos toda la familia – VERDADERO: tanto por su contenido en proteínas, vitaminas y minerales como porque se trata de alimentos cárnicos de fácil asimilación y digestión. Esto hace que sean especialmente indicados para etapas de la vida en las que se tiene gran necesidad de proteínas pero una menor tolerancia a la carne, como por ejemplo en la vejez.

 

Hay que consumirlos con moderación – VERDADERO: como todos los alimentos, un consumo excesivo resulta contraproducente. En el caso de los embutidos, al ser alimentos por lo general grasos (salvo que escojamos sus versiones bajas en grasas, algo altamente recomendable si los van a tomar niños y mayores) y con un contenido importante en sal (no todas sus versiones, como decíamos más arriba), lo mejor es consumirlos con moderación. Una o dos veces por semana en personas sanas y con una dieta equilibrada sería suficiente. Aunque de vez en cuando puedes darte un capricho (que no pasa nada).

En Buenmercadoacasa creemos firmemente en que no hay alimentos buenos o malos por sí mismos, sino cantidades inadecuadas y formas de cocinar más saludables que otras. Por eso, defendemos llevar una dieta equilibrada y sana, así como hacer un poco de ejercicio físico y mantener un estilo de vida saludable en el que, como bien apunta la nutricionista, sí tendrían cabida los embutidos siempre que se consuman con moderación y eligiéndolos preferentemente de alta calidad y bajos en grasas y sal.

Si a ti también te gustan los embutidos, tanto como aperitivo como en bocadillo, en Buenmercadoacasa tenemos una selección de embutidos ibéricos (jamón, lomo, chorizo y salchichón) que hará las delicias de tu paladar. ¡Pruébalos!

¿Consumes embutidos habitualmente? ¿Qué piensas de ellos? ¿De qué tipo sueles comprarlos? Si no los compras ni consumes, ¿cuál es el motivo? Cuéntanos en los comentarios.

En Buenmercadoacasa, tu opinión es importante.

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