Rico en antioxidantes como el licopeno (al que debe su color rojo), en vitaminas de los grupos B, C y A, fuente natural de potasio y con un contenido significativo de otros minerales como calcio, magnesio o fósforo, el tomate es uno de esos alimentos completos que debemos incluir en nuestra dieta para que sea saludable y equilibrada. En ensalada, untado en pan (solo o con un poco de aceite de oliva), asado o al natural, el tomate forma parte de la dieta mediterránea y es beneficioso para numerosas funciones del organismo.

Pero ¿sabías que también se ha demostrado su potencial para ayudar a prevenir el ictus? Pues así es. Lo ha descubierto recientemente un equipo de investigadores de la Universidad de Finlandia Oriental, que presentaba las conclusiones de su estudio, de más de doce años de duración, la semana pasada. Estas conclusiones han determinado que existe una correlación directa entre los niveles de antioxidantes propios del tomate (licopeno alfacaroteno, betacaroteno, alfatocoferol y retinol) y la posibilidad de padecer en algún momento de su vida un accidente cerebral (lo que conocemos como ictus).

La muestra utilizada para el estudio, compuesta por más de mil hombres, ha revelado que aquellos que poseían unos niveles más altos de un tipo concreto de antioxidante, el licopeno, presente en el tomate, eran menos propensos a sufrir ictus. En concreto, las posibilidades de padecerlo se reducían en un 59% con respecto a los hombres con niveles más bajos de licopenos. Pero no sólo eso. Además, mantener unos niveles altos de licopenos reduce en un 55% el riesgo de padecer cualquier otro tipo de complicación cerebrovascular.

El licopeno es un antioxidante diez veces más potente que la vitamina E. Llevar una dieta rica en tomate en cualquiera de sus variedades y derivados del tomate (gazpachos, salsas y demás alimentos elaborados a partir de tomates) nos ayuda a mantener unos niveles no sólo adecuados sino más bien altos de licopeno, de manera que ayudamos a mantener en buena forma nuestra salud no sólo cerebrovascular: también la de nuestro corazón.

Junto con este nuevo descubrimiento, el tomate es conocido por otros beneficios como:

  • Ayudar a prevenir el cáncer de próstata, precisamente también por su alto contenido en licopeno.
  • Mejorar la salud cardiovascular al ser vasodilatador y proteger el organismo de la formación de coágulos.
  • Ayudar a combatir la hipertensión (pues el tomate es además bajo en sodio).
  • Mejorar el tránsito intestinal debido a su alto contenido en fibra (muy especialmente si se consume con piel, ya que es la parte en la que se concentra la mayor cantidad).
  • Propiciar las digestiones sencillas.

Y tú ¿conocías todos estos beneficios del tomate? ¿Sueles consumirlo habitualmente? ¿De qué variedades te gusta más? Si no incluyes tomate en tu dieta… ¿por qué no lo tomas?

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