Sésamo, quinoa, chía, girasol… las semillas están de moda y cada vez más personas las incluyen en su dieta diaria pero ¿por qué se han vuelto un alimento imprescindible? ¿Son tan beneficiosas como nos cuentan? Hoy te explicamos cuáles son las más populares y te damos cuatro claves para entender el auge que experimenta su consumo.

La primera semilla en aparecer en nuestras vidas fue la quinoa, directamente de América del Sur. De la mano de modelos, actrices y gurús de la belleza y la alimentación, la quinoa se estableció en las cocinas de las celebridades hace poco más de un año (o eso nos han contado al menos en sus redes sociales) y ahora es una de las más consumidas también en nuestro país. ¿Qué tiene la quinoa que la hace tan especial? Su alto aporte de fósforo, hierro, proteínas, fibra y y aminoácidos esenciales. También es popular por su considerable efecto saciante, de ahí que las dietas de adelgazamiento la adoren.

Tras la quinoa, llegó la chía. Esta semilla es una valiosa fuente de ácidos Omega 3 y 6, que ayudan a contrarrestar el colesterol “malo”. Pero no sólo eso: también aporta minerales como calcio, magnesio y fósforo. Junto a las dos que ya hemos mencionado, las semillas de lino y las de sésamo son viejas conocidas de la cocina mediterránea, sobre todo las últimas, pues ya se utilizaban en ensaladas o en la elaboración de pan. El sésamo es fuente de calcio, proteínas y grasas insaturadas, mientras que el lino es antiinflamatorio, bueno para los constipados y catarros y contiene minerales fundamentales y ácidos Omega 3.

Aunque la más conocida y que más consumimos los españoles desde siempre es la semilla del girasol. Las pipas, para entendernos. De hecho, son las únicas que se pueden consumir directamente crudas (la chía hay que remojarla 30 minutos antes de comerla, la quinoa hay que hervirla y el sésamo y el lino hay que tostarlos antes de consumirlos), aunque también podemos tostarlas. Todas las semillas son perfectas para ensaladas, postres y yogures y aunque la mayoría no aportan demasiado sabor, sí contribuyen a mejorar la textura de los platos en los que se incluyen.

Pero, te preguntarás, si eran tan beneficiosas ya antes… ¿por qué no se han empezado a consumir de manera masiva hasta ahora? Buena parte de la responsabilidad de la extensión del consumo la tienen, como decíamos antes, las celebridades. Junto con ésta, las cuatro claves del auge en el consumo de semillas son:

  • Su gran aporte de minerales esenciales para el organismo, lo que las convierte en súper alimentos, muy especialmente en el caso de la quinoa.

  • Que son muy ricas en fibra, por lo que tomarlas con el desayuno o en las ensaladas ayuda a regular el tránsito intestinal de manera más sencilla y rápida.

  • Su efecto saciante, que las ha llevado de cabeza a las dietas de adelgazamiento. Esto se debe a su contenido proteico.

  • Su versatilidad en la cocina, que nos permite incluirlas en multitud de ensaladas frías o templadas, añadirlas a yogures, sopas y cremas tanto dulces como saladas o cocinarlas en forma de cuscús, como es el caso de la quinoa.

Y tú ¿ya cocinas con semillas? ¿Las has probado? ¿Sabías que el girasol era una de ellas? Cuéntanos. En Buenmercadoacasa, tu opinión es importante.

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