La producción ecológica en la industria agroalimentaria hunde sus raíces en los años 60 del siglo XX, una época en la que agricultores y ganaderos empezaron a preocuparse por la gran cantidad de productos químicos que utilizaban en sus explotaciones agropecuarias y a movilizarse para buscar soluciones más naturales que les permitieran mantener la calidad de décadas pasadas y un nivel aceptable de producción.
Las primeras reflexiones al respecto de la necesidad de volver a los orígenes de la agricultura y la ganadería usando la tecnología en beneficio de los animales y del consumidor final data de veinte años antes. Desde los 60 hasta la actualidad la industria agroalimentaria ha evolucionado mucho en lo que a ecología se refiere y, en la última década, el consumo de este tipo de productos vive su verdadero auge.
Hoy te traemos a Buenmercadoacasa el decálogo para reconocer a los verdaderos productos ecológicos y aprender a hacer una buena selección a la hora de meterlos en la cesta de la compra.
- Son naturales: un producto ecológico, ya sea cárnico, fruta o verdura, tiene que ser natural. Esto quiere decir que se cultive o se críe mediante técnicas de explotación no masivas, en suelos que no contengan químicos externos y que cumplan además con los requisitos nacionales e internacionales para ser efectivamente considerados como productos ecológicos (básicamente, la normativa 834/2007 del Consejo sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos
- No son transgénicos: la modificación o intervención genética no está permitida en los productos ecológicos, de manera que un alimento ecológico no puede ser transgénico. No se puede aumentar su producción ni tampoco mejorar sus características mediante la ingeniería genética, sino por selección natural (como se hacía tradicionalmente sembrando las semillas de la planta más grande o dejando para cría los animales más hermosos y con mejores características físicas).
- No se han usado plaguicidas en su cultivo: la eliminación de las plagas o parásitos, tanto en el caso de las plantas como en el de los animales, debe llevarse a cabo mediante técnicas también consideradas ecológicas y sostenibles, y en las que no intervengan los productos químicos. Así se ha cultivado nuestro aceite de oliva ecológico, siguiendo la normativa al respecto.
- No se han usado fertilizantes químicos: si no está permitido mejorar el rendimiento de verduras y frutales mediante modificaciones genéticas, tampoco lo está estimular la producción mediante el uso de fertilizantes o abonos químicos. Sólo están permitidos los abonos naturales tales como el estiércol, aunque debe proceder de animales que tampoco hayan sido tratados con productos químicos.
- La alimentación es natural: en el caso de los animales criados para obtener carne ecológica, la alimentación que siguen debe ser natural, variada y equilibrada, ajustada a las necesidades de su raza. No está permitido el uso de piensos compuestos de origen químico, así como tampoco que consuman pastos que hayan sido tratados con productos químicos. Todo debe ser natural. Así, el sabor de unos filetes de ternera ecológicos es diferente y auténtico.
- Proceden de animales de ganadería extensiva: la carne ecológica tiene unas características y propiedades específicas porque se cuida mucho el proceso de crianza de los animales y se siguen pautas similares a las de los años 70 y 80 (en España). De este modo, la ganadería se practica en su modalidad extensiva, esto es: los animales tienen suficiente espacio para moverse, pastar y desarrollar su vida casi como si estuvieran en libertad. De este modo, los expertos aseguran que la calidad de la carne es mayor, gracias a la mejor calidad de vida del animal. El redondo de ternera ecológica que tenemos en Buenmercadoacasa o los huevos de gallinas criadas a la manera ecológica dan fe de ello.
- No han tomado productos químicos: ni hormonas para el engorde, ni medicamentos como antibióticos para el tratamiento de enfermedades. En la ganadería ecológica, todo el proceso es natural y se somete a estrictos controles para garantizar que así sea. Un entrecot o un solomillo ecológicos están 100% libres de químicos.
- Se tiene en cuenta el bienestar del animal: ésta es una de las claves principales de la ganadería ecológica. En todo momento se tiene en cuenta el bienestar del animal, se respeta su dignidad y se le alimenta con comida de calidad. Los estudios han demostrado de una mejor calidad de vida se traduce en una mejor calidad de la carne y eso se nota en el paladar, como lo notarás si pruebas nuestro rabillo de cadera de ternera ecológica.
- Pasan controles sanitarios específicos: los productos ecológicos no sólo pasan los controles de calidad habituales en cualquier producto de la industria agroalimentaria: también pasan controles específicos que determinan si, efectivamente, se trata de productos ecológicos que pueden ser llamados así porque cumplen con la normativa.
- Su etiquetado es especial: reconocer un producto ecológico es muy sencillo. En su etiquetado cuentan con una hoja cuyo borde está formado por estrellas. Éste es el logotipo con el que la UE distingue a sus productos ecológicos que han pasado por todos los controles de calidad. En España llevan además un sello que otorga el Comité de Control por el que han pasado. Así lo deben llevar todos los productos ecológicos para que estés seguro de que lo son. Como los de nuestra sección especial de Buenmercadoacasa.
En Buenmercadoacasa ponemos a tu disposición una cuidada selección de productos ecológicos que está en constante crecimiento y en la que, por el momento, puedes encontrar ternera ecológica de la Dehesa “El Milagro”, que se rige por criterios de ecología, sostenibilidad y por supuesto, calidad, así como huevos ecológicos y aceite de oliva virgen extra ecológico Pago de Quirós. Si te gustan los productos ecológicos, prueba los nuestros: repetirás.
Y tú ¿sueles consumir productos ecológicos? ¿Qué opinas de ellos? ¿Qué opinas de la agricultura y ganadería sostenible? ¿Has probado nuestros ecológicos? ¡Cuéntanos!
En Buenmercadoacasa, tu opinión es importante.